Cuando todo funciona como habíamos planeado y nuestras expectativas se cumplen, parece que todo se muestra a nuestro favor, por esta razón, es fácil que nos sintamos pletóric@s, entusiasmad@s, segur@s…pero, ¿Qué pasa cuando no se cumplen tus expectativas?
De repente todo se vuelve gris, parece que todo va en nuestra contra, e incluso puede que dudemos de nosotros mismos…
Cuando las cosas no salen tal y como esperamos, ello nos afecta lógicamente, pudiendo entrar en un estado de duda hacia nosotros mismos…entonces es el momento de revisar nuestros valores, nuestras prioridades.
Es decir, revisar qué es lo importante para nosotros en este momento, qué es lo que da sentido a nuestra vida ahora mismo, para redefinir nuestro foco hacia nuestras metas, que a su vez éstas, están o deberían estar alineadas con nuestros valores y prioridades, y así dirigir todas nuestras actividades hacia esta dirección.
Cada vez que no te guste lo que ves fuera, ya sea la reacción de una persona, o cualquier circunstancia externa a ti, pregúntate: ¿En qué me estoy enfocando ahora mismo?, con la respuesta sabrás si te estás alejando de cumplir tus prioridades o no.
Todo lo exterior a nosotros (sean personas, cosas, acontecimientos…) es un reflejo de nosotros mismos, de nuestros pensamientos, dudas, creencias…no hace falta que lo creas, simplemente te invito a que lo experimentes por tu cuenta.
Aunque nos cueste aceptar que nos estamos proyectando constantemente hacia el exterior, es una gran oportunidad más para conocernos y poder volver a redirigir nuestra vida hacia la dirección que nos hemos propuesto.
Enfócate solo en tus prioridades y deja el resultado en manos de la vida, ella sabe mejor que nadie lo que nos conviene en cada momento.
Si necesitas ayuda para definir tus metas, prioridades o para tener más claridad mental en algún aspecto personal, te invito veas este vídeo.
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Un abrazo!!
Malén